Mi foto
Barranquilla, Atlántico, Colombia
Primero esencialmente caribe, después ambientalista, arquitecto, avaluador, urbanista. Distribuyo mi tiempo entre dos descansos: el del sopor de la tarde y el de la buena noche. Y, entre los dos, uno que otro cada vez que se puede. Lo suficientemente rápido para que mis hijos me digan ¡La tortuga veloz!

07 octubre, 2017

EL INCREIBLE ABELITO Y EL SORPRENDENTE JOSÉ NÉSTOR

EL INCREIBLE ABELITO Y EL SORPRENDENTE JOSÉ NÉSTOR ¡Ah! ¡Que vaina con las redes sociales! Umberto Eco expresó en una entrevista para el diario La Stampa, que "Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos rápidamente eran silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles". Ni más faltaba que trate de contradecirlo. En las redes sociales locales hay algunos como Eco y otros como los que referenció con su expresión. A mí, de pronto me encasillan en algunos grupos peores. Pero a estas alturas no me importa ni me afecta. Con la venia o permiso, o sin él, expresaré algunas ideas, verdades, axiomas o simples opiniones sobre dos temas calientes: Futbol y paz. Aclaro de entrada que para muchos no puedo escribir sobre futbol porque para ellos solo saben de futbol los que jugaron profesional. Por ahí se dice, que el futbol es un juego de 11 contra 11 que siempre ganan los alemanes. No sé quién lo dijo o escribió, pero desde hace un tiempo no genera dudas. Por otro lado, en los juegos, partidos, de futbol hay tres opciones: ganar, perder o empatar. No hay otras. Al equipo de futbol colombiano le toco, esta vez, la de perder. El jueves 6 de octubre de 2017 el equipo de futbol de Colombia perdió con Paraguay por 2 a 1. ¡Pobre José Néstor! Aunque no lo conozco ni es mi amigo me refiero a él por su nombre por el derecho que me otorga contribuir para el pago de sus honorarios. Me siento algo así como su medio jefe. ¡Pobre José Néstor! ¡Qué ingrata es la necedad! Cuando incluyes en tu lista de convocados al increíble Abelito Aguilar, la camada de las redes sociales, de la televisión y la radio te enfilan las baterías porque el increíble está en la lista. Se les olvida un pequeño detalle, aunque sea cierto que tienen todo el derecho del mundo a expresar su opinión aun cayendo en el grupo de las redes sociales del que habla Umberto Eco, cual es que quien ha firmado el contrato y está registrado como Director Técnico de la Selección Colombia ante la FIFA es José Néstor Pekermán. Haciendo uso de mi derecho a ser idiota o imbécil –en las redes sociales tal como dice Eco- le digo a José Néstor le digo como el medico a mi hijo menor: Marica, ¡Tu verás! Abelito es el increíble porque nadie puede creer, ni los súper periodistas de la televisión y radio, ni los miles de técnicos callejeros de la selección que un jugador viejo, banca en un equipo de media tabla del rentado colombiano, sin ritmo de juego de alta intensidad sea llamado a la selección Colombia y de contera sea el volante del equilibrio. Y, que sea uno de los pocos que cumple con su tarea: Hace los cierres en todos los puntos tanto hacia el fondo como hacia adelante, quita y sale con dominio y visión, llega a los vacíos para controlar los pases contrarios o para recibir el pase de desahogo de sus compañeros, demuestra jerarquía, control, liderazgo y huevos, como dice el Pibe. Cuando no está, apenas entra se arregla la estructura. Cuando sale, se cae la estructura. ¡Nojoda! Eche, Pekerman, ¿por qué lo sacaste? Ahora me toca decirte: Marica ¡Viste! ¡Ahí perdiste el partido! Nunca, jamás, saques al jugador del equilibrio, el que te nivela la estructura, el que llega como bombero a todas las escaramuzas contrarias. Nojoda, José Néstor, tus asistentes ¿no te llevaban la estadística de las jugadas? El increíble Abelito le ganó todos los lances a los paraguayos, en quite y en salida, pegó cuando debía pegar y a quien debía, no le pitaron faltas, hizo todos los cierres tanto de quite como de obstrucción, era el que gritaba, alentaba y ordenaba al equipo. Eche loco, y ¡lo sacas!. Ahí, ¡perdiste el partido! José Néstor, eres simplemente ¡sorprendente!.