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Barranquilla, Atlántico, Colombia
Primero esencialmente caribe, después ambientalista, arquitecto, avaluador, urbanista. Distribuyo mi tiempo entre dos descansos: el del sopor de la tarde y el de la buena noche. Y, entre los dos, uno que otro cada vez que se puede. Lo suficientemente rápido para que mis hijos me digan ¡La tortuga veloz!

16 noviembre, 2013

DECLARACION PÚBLICA

No es una disculpa. No estoy aceptando ninguna culpabilidad. Más sin embargo por la cercanía del gordón, digo el bordón, debo prevenir o más bien adelantarme a los dimes y diretes. Un pariente de las Lora dice que estoy durmiendo con el enemigo. El bordón, digo gordón, dirá hoy, a la noche, mañana o pasado que la casa sola, yo solo, ella sola, el cuarto solo, la cama sola, todos solos. Entonces, ¿Qué se podía hacer? Por ahora, todo seguirá solo. ¡He dicho!, diría el gran filósofo Leokratos. Verdad irrefutable por el momento.  

Lo que si no se puede negar es que a estas alturas la visita es más larga de lo usual. Pero es algo para lo cual estaba psicológicamente preparado. Mi abogado y asesor psicológico en rupturas y desengaños me previno al respecto hace varios años así que tuve tiempo para prepárame.  De hecho causa un poquito de escozor a ciertas personas sobre todo si hay alguna interesada en los tiempos sueltos de quien esto escribe. Usualmente se refieren a la visita con el término de quien ostenta los derechos que otorga la ley o la convivencia. Que falta de respeto. A la historia y a la incapacidad para el uso de ciertos verbos que inducen a la repetición.  Le comenté al bordón el sueño que tuve –que detallaré en otra publicación- sobre la fiesta y que según mi interpretación era el matrimonio de la visita y su marido: ¡Mi mejor amigo! Nada más cerca de la verdad.   

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