El Chinito Fer tenía varios fines de semana sin visitarnos.
Sus múltiples ocupaciones, de trabajo, chicas y espíritus, claro está, no se lo
habían permitido. El sábado por la noche se ha presentado por el apartamento de
los Molano en Villa Terpel, como dice la Tía Eucaris. No alcanzó la media noche
para ponernos al día porque además de lo político, los servicios públicos, sus
romances, etc., hay temas obligados como sus sobrinos-hijos pero más que todo
su hermanito menor Johann Mass. Entre nosotros es tema obligado y prioritario
de conversación. Es el tema número uno. El One. El Wan, en el argot del
bordillo de la esquina barranquillera. En este fin de semana también se ha
cumplido el protocolo y el “borgordito” ha sido tema prioritario de
conversación y preocupación. Le comente:
- Chino, en las últimas semanas he estado pensando y soñando
con Johann.
- Y esa vaina? Me contestó, abriendo los brazos como quien
busca pelea. Le digo:
- Es que con eso de su crecimiento personal y espiritual he
estado recordando los diferentes periodos de su vida.
El Chino, abriendo los brazos a su estilo contestatario, me
dice:
- ¿Cómo así? Y continua: - Si el solo ha tenido un periodo
en su vida, y tú sabes cuál es. No podíamos sino reír a carcajadas y es lo que
hacemos. Reflexiona un poco, se toma la barbilla, ladea la cabeza hacia la
derecha y me dice:
- Hey Tigre, yo también he estado pensando y soñando con el
gordito. Y mira hacia el cielo como buscando aprobación de los espíritus. Entonces
le dije:
- Chino, en uno de los sueños vi al Johann en un parque
extraordinariamente hermoso, con empradizados totalmente verdes, arboledas
grandes, caminos empedrados rodeados de jardines bien cuidados llenos de flores
de todas las clases, con el brillo del sol a través de las hojas de los arboles
con pequeños arcoíris de las gotas del rocío en las hojas. Un paisaje
celestial. Lo vi de espaldas con una mujer. Me recuerda con mucha suavidad, y como si no
quisiera, que igual que mi papá tengo sueños proféticos. Me recuerda que mi
papá soñaba con la lotería, con la bolita, con las vainas buenas y malas que le
iban a pasar a uno. Y, salían. Se estira en el sofá y respirando profundo
comenta que él también ha soñado con el hermanito. Pero sobre todo pensado.
- Cuando reviso la vida de Johann recuerdo, me dice, que los
siete años que estuvo de amores con Maryuri fueron los más felices de su vida.
Sin dinero, sin buenos empleos, pero tenía una vida sana y equilibrada. Tomaba
trago pero no era promiscuo. Era fiel y dedicado. Estaba equilibrado y
pendiente de su novia. Siempre se le veía alegre a menos que no tuviera billete
pero se lo rebuscaba o se los rebuscaban entre los dos. Nunca lo vi triste ni
golpeado. Añoro esa etapa de la vida de mi hermanito preferido. El aura se le
veía limpia, brillante. En plenitud total. Felicidad total.
Pensativo, reflexiona, parece no querer contar lo que piensa
pero supera sus reticencias y finalmente dice:
- Tigre, soñé que Johann vivía con Maryuri en Bogotá.
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