Arquitectura Urbana Gerencia de Proyectos - Asesorías - Avalúos El estado del alma del blog sigue siendo la cotidianidad del caribe, la cual es tan imaginaria como real y hace que la vida se viva como se debe vivir: ¡Lentamente! ¡Ahorita! ¡Más luego! Se incorporan temas de avalúos, gerencia de proyectos, asesorías en medio ambiente, urbanismo y ordenación territorial, gestión de suelo, planes en general.
- Leon Segundo Fernandez Rivera
- Barranquilla, Atlántico, Colombia
- Primero esencialmente caribe, después ambientalista, arquitecto, avaluador, urbanista. Distribuyo mi tiempo entre dos descansos: el del sopor de la tarde y el de la buena noche. Y, entre los dos, uno que otro cada vez que se puede. Lo suficientemente rápido para que mis hijos me digan ¡La tortuga veloz!
02 abril, 2016
Fútbol: Las reglas 12 y 13
Fútbol: Las reglas 12 y 13
En el fútbol algunas faltas se castigan con tiros libres directos. Su finalidad es regular el juego pero al mismo tiempo la idea en el fondo es enviarle un mensaje de advertencia al infractor y al mismo tiempo conceder cierta ventaja al ofendido, infraccionado podría ser, para restaurar el equilibrio o equidad en el tratamiento propio de juzgar y regular el juego. De las faltas castigadas con tiros libres al arco solo un escaso porcentaje entre 2% y 5% se convierten en goles; y en su mayoría por virtud de los ejecutores. El resto, un 95% al 98%, se pierden por artimañas de los infractores. Entonces cabe la pregunta ¿Se cumple con la finalidad del castigo? ¿Debe la Board tratar de mejorar la situación de los tiros libres para darle ventaja por compensación al equipo que ha sufrido la infracción? Sin ambages, ¡Creo que sí!
Por lo general las infracciones terminan favoreciendo al infractor porque si la sanción, el tiro libre directo, no representa a la larga ninguna compensación para el equipo ofendido el infractor se ha salido con la suya y viola, el juego limpio y el principio de la falta-castigo. Si la justicia falla se envía un mal mensaje a los malandros: Sigue siendo un infractor porque a la larga él y su equipo salen favorecidos.
Las acciones de juego del fútbol se prestan para que haya una que otra infracción. La imprudencia, por ejemplo puede terminar eventualmente, en una falta. Si un jugador sin intención de cometer falta actúa de tal manera que su conducta traspasa la delgada línea de la legalidad, del juego limpio en el fútbol, es sancionado por la falta, con un tiro libre.
La mayoría de las faltas por imprudencia son leves. En estos casos no existe la intención pero se produce la conducta incorrecta. La impotencia, que deviene cuando un jugador a causa del cansancio ya no puede responder a las exigencias del juego y en su afán por el mismo actúa de manera imprudente. También, cuando el contrario lo supera con creces y después de reiterados intentos por ganar el lance recurre a la falta. Es imprudencia. En estos casos tampoco existe la intención pero se actúa de manera incorrecta.
Las faltan en donde prima la intención de afectar el juego del adversario son un escenario diferente. Y, la alevosía. ¡Ah!, eso es otra cosa. Por lo general estas faltas son sancionadas con un tiro libre directo. Y, es en estas circunstancias en donde las condiciones del cobro del castigo deben mejorar a favor del ofendido. Los entrenadores de los equipos preparan trucos para que en los tiros libres se disminuyan las posibilidades de lograr goles, ya sea con el fuera de lugar, o con otro tipo de jugadas “trucos”. Para disminuir los trucos de los infractores en los tiros libres la Board debe reglamentar que en esa jugada, ¡No exista el fuera de lugar! Seguirán las faltas, pero se cuidarán un poco.
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