A veces cuando a alguien se le muere un ser querido quiere vengarse de todo el mundo. Culpa a todo el mundo. El ultimas termina culpando a Dios y tratando de vengarse. Solo, que la venganza termina tomando diversas formas y colores. Se adorna con diversos tonos y matices y se oculta. Una forma es idealizando al ser querido muerto. Un ideal perfecto. Solo los muertos son perfectos. Han regresado a la esencia primaria.
En África hay una tribu, Coccon creo es su nombre, sin tener la certeza, que toma al culpable, lo sube a una canoa y lo lanzan al rio. Solo que la canoa ha sido dañada para que se hunda y el pasajero esta amarrado para que se ahogue. Si se ahoga la familia se habrá vengado y llevará luto por el resto de su existencia. Si se lanzan al rio y lo salvan es porque han reconocido la imperfección de la vida, del mundo. Hay festejos en la tribu. Viven el duelo.
Otros en vez de vivir el duelo transforman la venganza en una exigencia permanente para que la vida les llene el vacío con un humano, vivo e imperfecto, mejor que el ideal perfecto, fallecido, considerado casi un “Dios”. Y, no podemos responder porque de lo que menos sabemos los hombres es acerca de cómo son los Dioses. Como aman. Como sufren. Como viven. Por eso es su búsqueda permanente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario