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Barranquilla, Atlántico, Colombia
Primero esencialmente caribe, después ambientalista, arquitecto, avaluador, urbanista. Distribuyo mi tiempo entre dos descansos: el del sopor de la tarde y el de la buena noche. Y, entre los dos, uno que otro cada vez que se puede. Lo suficientemente rápido para que mis hijos me digan ¡La tortuga veloz!

05 febrero, 2008

LA BODA

Si cuento como fue la boda no tendría gracia. En donde quedaría la licencia de narrador que me ha otorgado la vida. Los hechos son los mismos. Les he adicionado un poco de imaginación y de deseos. Esta es mi versión de la boda. Del festejo de la reincidencia. Miguelito –su verdadero nombre es Miguel Ángel VI- uno de los hijos de Paz, de mi tía Pacita, al cual le dicen el adoptado: Se casó. Se volvió a casar. Es un reincidente por cuarta o quinta vez. Nadie sabe a ciencia cierta cuantas veces ha reincidido. Algunos dicen que tres. Otros cuatro. Mi tía Pacita dice que cuatro o cinco, pero que realmente no recuerda. Y el, el adoptado reincidente, no dice nada. Calla y ríe. Ríe y calla. ¡Vaya ud. a saber! Se cuenta que la ceremonia de matrimonio casi no realiza. Aunque la boda si. Los consuegros se pudieron de acuerdo. Con ceremonia o sin ella: Nos los pegamos. Y bailamos. Los manes de la orquesta dijeron: - A nosotros no nos dejan picaos. De que tocamos…. Tocamos….- A alguien se le ocurrió esconder los papeles para la boda. Tanto los de la victima como del victimario o victimaria. Unos dicen que fue la novia arrepentida. Otros que fue el novio arrepentido. Cuentan por la Villa del Este –La residencia del Faraón- que este se encontraba no ansioso sino asustado. Como si fuera la primera vez. ¡… Ni más faltaba…! La mamá del Faraón – Mis escasos conocimientos de la cultura oriental no me precisan el titulo- se encontraba entre triste y alegre. Lo uno porque al fin se iba a destetar y por el otro que le quedaba el más calilla: -El hijo de mi mamá-. - ¿Ya estás listo? Acuérdate que no debemos llegar tarde a la boda de tu sobrino. Pero dame unos diez minutos. - ¿Y tu? ¿Todavía te falta? Bueno, tomate tu tiempo y me avisas para salir. Hemos confundido el lugar de la celebración de la boda entre un primer y segundo piso. Boda en ambos. Ambas novias de blanco. Ambas morenas. De los novios solo conozco a uno. Será que ninguno de los dos se ha hecho la pregunta: ¿Por qué no se caso Jesús de Nazareth? El baile introductorio –vals- de la boda fue de lo más extraño. Al principio parecía un vals, pero se fue convirtiendo en algo más rápido hasta llegar a ser una especie de reguetón. Pero lo más extraño de todo es que nadie felicitaba a Miguelito. Todos felicitaban a Milena. ¿Sabían que al Miguelito le dicen El Faraón? Hasta ahora no he sabido porqué. El no lo dice. Pero pensándolo un poco, y bien, en la boda está la clave. Al principio, pensé que era un engaño. Pensé que lo habían engañado con lo del matrimonio con Milena porque en vez de una le sumaron como veinte. Pero no. No es engaño. Es el harén. El harén de Miguelito. El Harén del Faraón. Su nombre es Miguel Ángel. ¿Será que de veras es un ángel? Sucedió algo parecido a las bodas de Canaan. Allá fue el vino. Acá fue el whiskey. Reservaron el mejor whiskey para el final. Casi al final de la boda los sirvientes –meseros- ya no servían el whiskey a las mesas. Casi nadie tenía licor en su vaso. Solo hielo. Solo agua. A lo lejos el hermanito del novio –Ronald Igor también llamado el hijo de mi mamá- con uno de los gestos más expresivos de la noche, agita un vaso y una botella de Old Par. No se le podía despreciar y hete aquí que ha sido el trago más fino que hemos tomado. Y, fue el último. Mi último de la boda. Como en las bodas de Canaan. Solo que allá el milagro fue de Jesús. Acá de Miguel Ángel o de su hermanito Ronald –El hijo de mi mamá-. ¿Quién puede saber cual de los dos fue el milagroso? ¿El Tio Miche? ¿La Tia Paz? - ¿Tú que eres tan observador, no te has dado cuenta de algo? - ¿Yo? No…. Dime. - Primera vez que veo a un novio feliz. Es el único novio que he visto feliz. - ¡No! - ¡Si! El único. Se para la música. Se para la orquesta. La hermanita del novio toma el micrófono y la palabra y dice: Record…. Súper record. A solo dos horas y media de casado y Miguel Ángel ya ha perdido los anillos de matrimonio –usaron dos cada uno-. Me pregunto: ¿Será que se han casado dos veces en el mismo momento? La verdad es otra. Novio, marido, esposo o lo que sea, que se respete empeña el anillo de matrimonio. Pero no tan rápido como El Adoptado. Recién el sacerdote le dio la bendición el, el recién casado, le propuso que le empeñara los anillos. Reflexiono. ¿Por qué será que todos los que se casan quieren casar a otros? ¿Qué será? ¿Por qué tienen que rifar o jugar la liga, el ramo o el zapato para que el ganador sea la próxima victima? ¿O victimario? En medio de la fiesta el tío miguel –papá del novio- dice: - Miguelito se casa. Yo, en cambio estoy soltero, divorciado, porque después de treinta años uno queda libre. Queda divorciado. Es un deseo. Una idea. Un sueño. De todas maneras es excelente. Debería ser llevada al congreso y convertida en ley de la republica. Sería como abolir la esclavitud. Después de treinta años de esclavitud quedas liberto. Libre. Soltero. Se me viene a la memoria que después de siete años de matrimonio uno se convierte como en un hermanito de la esposa. Mi tio Thor – el niño Thor- dice que en hijo. El, de hecho le dice mamá a mi tia Eucaris –su esposa-. Hubo de toda clase de bailadores. Y bailadoras. Los sobrinos del novio destacaron en primera presentación rumbera. Faltó el mapalé. Y de afaires. Y de equivocaciones de puertas –de baño-. Al final, después de pensar en la boda como tal, se me viene a la memoria entre la nostalgia y la incertidumbre del mañana –por el nuevo harem del faraón- la estrofa de la canción: “La boda de ella… tiene que ser la mejor …” Pero, no tengo temor por Miguel Ángel VI. Siempre ha salido airoso de todas las situaciones difíciles en las cuales ha estado. También de esta. Y mantendrá su harem por los siglos de los siglos. lfr

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